Por esta época también aparecen
los primeros montículos o pirámides ceremoniales, que quedaron como huellas
arqueológicas, por ejemplo los restos que se encontraban en una loma cercana, al
norte en relación al puente de “Acuaco”; donde existían las huellas de un
montículo arrasado por los agricultores;
el diámetro de éste fue de aproximadamente 5 metros. En la actualidad
este montículo ha desaparecido, sin embargo se sabe de la existencia de
otro en terrenos del llamado “Ejido de Zaragoza”, y de otro más que fue destruido, en el lugar conocido como “Tecajetes”, a
donde “a decir de algunas personas”, se
han encontrado objetos de cerámica.
En otras
partes de Acuaco en forma ocasional se han encontrado cuchillos y puntas de flechas de obsidiana, sobre todo en el lugar denominado “Rancho
Viejo. ” aqui se han hallado aparte de fragmentos de cerámica, también núcleos cónicos, raspadores y otros objetos,
que seguramente forman parte de los talleres líticos, que hemos mencionado.
NÚCLEOS CÓNICOS DE OBSIDIANA " RANCHO VIEJO " |
Debemos
decir en honor a la verdad, que en toda Mesoamérica se dieron fuertes cambios
entre 700 y 800 de nuestra época, éstos ni los especialistas lo han podido
explicar, no sabemos como o porque las ciudades de ésta época desaparecieron,
estamos concientes que nuestra región no fue ajena a los cambios ocasionados por
tal acontecimiento, y que lo que si
podemos constatar es que hacia el año 600 de nuestra Era, una de estas grandes
ciudades cobra un esplendor inusitado, y
aunque no sabemos de donde vinieron estas gentes, ellas realizan un enorme
esfuerzo arquitectónico que da a luz una de las más grandes ciudades del
altiplano: la ciudad que hoy conocemos tradicionalmente como “CANTONA”, que se
encontraba a la orilla de una cuenca endorreica que contenía un enorme lago a
orillas del cual se desarrolló. Esta enorme urbe sujetó a su control el
territorio que estaba a su alrededor, y lógicamente las gentes que vivían en sus entornos pasaron a ser sus
tributarios, como consecuencia las gentes que vivían en Zaragoza se incorporaron a esta tributación y
vasallaje.
Y
según el padre Torquemada en el año 719, los totonacos hacen su aparición en el
área, consolidándose como pueblo dominante cien años más tarde, hablándose de
su permanencia en Zacatlán, Huachinango, Tlapacoyan, Tlatlauquitepec e
Ixtacamaxtitlán también en Tulancingo y Cempoala.
Esta
situación según las fuentes históricas cambió cuando la ciudad de
“Caltona”(corruptamente “Cantona” “La ciudad del Sol”, de Calli: casa y
tona: apócope de Tonatiuh, Sol), cayó a
sangre y fuego de las gentes bárbaras Chichimecas después de 1173, en el siglo
XII de nuestra Era.
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